miércoles, diciembre 20, 2006

Para que seas libre

Para que seas libre te encierro en mi jamás,
en mi jaula de siempres dislocados;
te corto los brazos y las piernas y las alas;
te amarro a la cama con las cuerdas duras de mi soledad.

Para que seas libre traigo el pasado y te lo echo encima,
la fotografía gastada, la carta a lápiz fechada con prisa
en alguna mesa de café.
Los días que pasaron, el rincón que guardó tu fantasma,
la palabra que faltaste, la libreta empapada de noche
sudando el día siguiente.

Es la única forma. No hay puertas,
ni minotauro,
ni laberinto,
ni abejas amenazando tu sueño.

Sólo el rencor de no haberte tenido cuando en serio
hacías falta.
Sólo el presagio de saber que te tengo ahora,
ahora que no te necesito;
y que lo sabes y duermes,
y que lo sé y te abrazo,
y que ya no podrás nunca pagarme tu destiempo,
tu retraso.

martes, diciembre 12, 2006

La llave del cuarto

Mientras tú y yo dormíamos, nuestros cuerpos estuvieron hablando por muchas horas… Se dijeron cosas que nunca sabremos, se hablaron así, como nosotros no podemos. Se hablaron en silencio.

Lo sé por tu rodilla indiscreta, por una de tus manos que se puso a gritar al viento las palabras que no alcanzó a decir tu boca; pero no la boca de siempre, la de anoche, esa que duerme contigo y a veces, cuando tengo suerte, también conmigo.

Ahora que te has ido no lo sabremos, no podremos saberlo nunca. Reconozco en el papel amarillo tu caligrafía fina, perfecta, y sonrío imaginándote medio vestida, con la prisa de siempre, dejando caer sobre la libreta un “Te quiero” fácil. Tropezando con la silla, con los zapatos, con el tiempo, con el silencio divertido del cuarto que te mira correr sin hacer ruido. Mientras yo aprieto los ojos tratando de anclarme al sueño para no ver como te vas, para no pedirte que te quedes otro rato, para no recibir, por gratitud, tu beso apresurado.

Y pensándolo bien es una lástima que te fueras, no sabes que tranquilo se ha puesto ahora el cuarto… Tus pasos se quedaron aquí, tercos, con su inútil monólogo en los azulejos del baño.

Ya no quiero verte, estoy cansado de no poder cansarme; ni siquiera tengo a quién dejarle este recado…

-Buenos días joven ¿todo bien? ¿descansó usted? No olvide dejar en la recepción el control remoto y la llave del cuarto-.

jueves, noviembre 30, 2006

¿Muerto Blancornelas, se acabó la crónica?

Jesús Blancornelas fue muchas cosas, un luchador social, una pluma valiente que se enfrentó al narcotráfico y a la delincuencia organizada en general, que dio la cara en una ciudad como Tijuana que parece ser tierra de nadie, pero Blancornelas fue, por encima de todas las cosas: un periodista. Y aunque con esto entro de lleno al terreno de la obviedad, lo que quiero decir es que nadie como él sabía que en el periodismo (sobre todo en el complejo periodismo de hoy), hay que contar una historia, hay que “amarrar” al lector con entradas triunfales y con finales inesperados, pero lo más importante, lo crucial del asunto, siempre debe ser la nota.

Toda esta vuelta nada más para decir que “la nota”, la nota triste y última que dio Blancornelas el 23 de noviembre a las 11 de la mañana, se puede resumir en unas cuantas líneas: El periodista nacido en San Luis Potosí, Jesús Blancornelas, murió en un hospital de Tijuana debido a un cáncer terminál, tenía 70 años. ¿Y ya? Y ya, lo demás son efemérides, homenajes póstumos y palabras de respeto que, ahora sí, se repetirán incontables veces.

Rodrigo Bazán (Doctor y catedrático del Colegio de México), decía en un articulo a propósito de la muerte del escritor guatemalteco Augusto Monterroso: “El principal problema que el género obituario presenta es el de la imposibilidad de ser originales y no reiterar los mismos juicios respecto de los más diversos difuntos […] El género existe: muy bien, ya lo inventamos; pero probablemente no haya habido nunca otro con menos posibilidades ni menor futuro”.

Y esto viene al caso porque es imposible, en el caso de la muerte de Blancornelas, que la nota (su muerte) no pierda importancia ante la trayectoria del periodista (su vida). Advierto desde aquí que no pretendo ser original ni mucho menos dar datos “reveladores” sobre la vida del editorialista potosino, ante la imposibilidad de reconfigurar el género obituario, no queda más que contar la historia de Blancornelas una y otra, y otra vez, y esperar que sirva de algo.

Voy entonces al asunto (si es que el lector tuvo la paciencia de aguantar todo este conglomerado de disculpas). Blancornelas inició su carrera como periodista deportivo en pequeños periódicos de San Luis Potosí. El azar, o “el destino”, lo llevó a fundar el periódico ABC de Tijuana en 1977. En esa misma ciudad conoció a quien sería su socio y amigo íntimo: “El Gato” Félix Miranda, con él fundó el semanario Zeta, una publicación que le sobrevive a ambos en Tijuana.

En 1988, “El Gato” Félix Miranda sufrió un atentando y murió (es un secreto a voces en Tijuana que el asesinato se llevó a cabo por órdenes del dueño del galgodromo en dicha ciudad: Jorge Hank Rhon). Ese episodio de violencia y muerte es quizás un parte-aguas en la carrera periodística de Blancornelas, sin “El Gato” y su columna semanal “Un poco de algo”, las ventas del Zeta comenzaron a desplomarse y Jesús Blancornelas acudió a la única actividad posible; la pluma valiente y el periodismo por el periodismo.

Blancornelas tomó por completo las riendas del semanario Zeta. Ante la constante presencia del narcotráfico y de los capos de la droga que mantenían secuestrada a Tijuana, Blancornelas fue el primero en ponerle rostro a uno de los narcotraficantes más peligrosos: Ramón Arellano Félix, líder del Cártel de los Arellano quien tuvo nexos con la Policía de Tijuana.

Como consecuencia de las reiteradas denuncias y reveses que el Zeta dejó caer sobre los Arellano, Jesús Blancornelas sufrió un atentado el 27 de noviembre de 1997 (coincidencia, tal vez, pero noviembre parece ser un mes que fue enemigo del periodista). “Ya nos dispararon”, dijo Blancornelas por el radio de su camioneta; volcado sobre su lado izquierdo y con cuatro balazos en el cuerpo, uno de ellos (el más grave) le rompió el diafragma y se alojó en una vértebra. Era la venganza del Cártel de Tijuana.

Frente al volante de la “Suburban” de Blancornelas, quedó muerto el escolta y chofer del periodista: Luis Valero, quien recibió más de doce balazos y protegió a Blancornelas con su propio cuerpo salvándole la vida. En el asiento trasero de la camioneta estaban aún la pistola Beretta .380 de Blancornelas, y los chalecos antibalas que les habían proporcionado las autoridades semanas atrás. Ni uno ni otro fueron utilizados.

Blancornelas sobrevivió al atentado y siguió con su labor periodística, con su investigación y denuncia sobre el narcotráfico; su trabajo de toda la vida. Al ser cuestionado en una entrevista para el sitio de Internet Impunidad.com, sobre por qué seguía arriesgando su vida y la de su familia escribiendo acerca de los cárteles, Blancornelas respondió tajantemente: “Si yo dejara de mencionarlos (a los narcotraficantes), si no dijera lo que están haciendo, pensarían ‘ese cuate ya se dobló’. Si ellos vieran eso, le harían lo mismo a otros compañeros. Para mi escribir sobre ellos es como un seguro de vida”.

Periodista de tiempo completo, quizás el sello distintivo de Blancornelas fueron sus crónicas valientes y sus investigaciones profundas y certeras. Su trabajo y el de sus colaboradores fueron reconocidos desde 1996 con el Premio Internacional para la Libertad de Prensa, del Comité para la Protección de Periodistas; el premio María Moors Cabot, entregado por la Universidad de Columbia en Nueva York (1998); el Premio Mundial UNESCO-Guillermo Cano de Libertad de Prensa (1999) y el Premio Libertad de Expresión de la Sociedad Interamericana de Prensa (2002), entre otros.

Autor de varios libros entre los que destacan: “El cártel” (2002), “Horas Extra” (2003) y “En estado de alerta” (2005), todos ellos de la editorial Plaza & Janés. Blancornelas vivió los últimos años de su vida en un encierro casi total, por motivos de seguridad tuvo que suspender presentaciones y conferencias. El último golpe que el periodista sufrió en vida fue el asesinato de su colaborador Francisco Ortiz Franco, coeditor del semanario Zeta. Su ejecutor le disparó cuando se disponía a poner en marcha su vehículo, en cuyo interior se encontraban sus dos hijos.

La pregunta ahora está en el aire, el Cártel de Tijuana sigue operando bajo las órdenes de Enedina Arellano Félix y Tijuana continúa siendo una de las ciudades con mayor índice delictivo del país. ¿Muerto Blancornelas se acabó la crónica y la denuncia periodística en contra del narcotráfico? El semanario Zeta está aún en pie, bajo la mano de César René Blanco Villalón (hijo de Blancornelas), y el periodismo comprometido y valiente se vuelve cada vez más escaso en una frontera golpeada por el muro norteamericano.

“A mí no me van a matar los narcotraficantes, yo voy a morir cuando quiera”, declaró Blancornelas en el 2002. Y así fue, con el cáncer perdió la batalla pero le ganó al narco la guerra. Hay todavía más Zeta sin “El Gato” y sin Blancornelas, habrá que esperar para ver si encuentran de nuevo el camino. Al final no queda más que el respetuoso y tajante obituario: murió Jesús Blancornelas (1936-2006) periodista.



El título de esta nota fue tomado del texto de Rodrigo Bazán: ¿Muerto el dinosaurio, se acabó la fábula? (notas sobre el pensamiento crítico y la teoría literaria de Augusto Monterroso). Marzo 12 de 2003.

viernes, noviembre 24, 2006

"Levántate y anda"

Escucha el despertador, déjalo sonar cinco minutos más. Prepara el baño, sonríe feliz con el agua tibia. Piensa en la calle, combina tu ropa, no olvides tu credencial, tu pluma, tu boleto, tus llaves, tu paraguas.

Sal a la calle a reclamar lo que es tuyo. No te preocupes, abróchate el cinturón, piensa en las bolsas de aire. No mires a nadie, no vaya a ser que te distraigas, que se te haga tarde.

Tienes poder, la gente te respeta (no importa que seas calvo, nadie se atrevería a reír). Firma documentos, asiste a la junta, ponte al día en el tipo de cambio. No fumes, es malo… Pídelo descafeinado, bromea un poco pero nunca demasiado.

Usa tu fuerza, hay que aplastar a la gente de vez en cuando, qué más da, es “tu trabajo”. Tómalo todo, no vaya a ser que mañana no tengas nada. Contrata, sonríe, discute, precede, asiste, comenta, interroga, piensa, argumenta, respira, suda, manotea, discurre, condesciende, pelea.

No te detengas, no hay otra manera. Desvístete, desvístela... no te preocupes le puede pasar a cualquiera (ella tampoco se atrevería a reír), es culpa del estrés o de la comida rápida…

No te disculpes, nada ha pasado. Déjalo sonar cinco minutos más. “Levántate y anda”: toma la pluma, firma el papel y despídela.

martes, noviembre 14, 2006

¿Te cae?

Cuando la frase: “Ya no queremos escribir realismo mágico”, se convierte en una de las máximas verdades de "la vanguardia", es momento de comenzar a dudar de todo…

Es cierto que los estridentistas lanzaron su manifiesto al grito de “¡Viva el mole de guajolote!” (frase célebre que hizo a los “contemporáneos” llorar de la risa), pero en el caso del estridentismo, Maples Arce sabía, por lo menos, que la batalla estaba perdida incluso antes de comenzarla.

Me temo que, muchos años después, la “nueva vanguardia” tiene más que ver con asuntos editoriales y de difusión que con la misma literatura.

“Creo que lo mejor que nos dejó el movimiento (y seguro estás de acuerdo conmigo, Nacho) fue una gran amistad”.

Dice el conferencista ante la conmoción y la sorpresa del público asistente (creo que hasta hubo llanto y kleenex que pasaban de mano en mano).

. Papel para llenar cuartillas y cuartillas con un manifiesto de vanguardia: 200 pesos.
. Cascabeles para hacer ruido en la arena con múltiples comunicados de prensa: 1, 500 pesos.
. Viaje a España para proclamar (como Neil Armstrong) que se ha conquistado la tierra prometida: 10, 000 pesos.

Que al final de TODO, te quede una bonita (y muy fructífera) amistad, que puedes describir con lujo de detalle en medio de una conferencia: ¡No tiene precio!

“La verdad es que fuimos un poco soberbios (¿no crees Nacho?) pero queríamos dejar bien claro que sólo García Márquez puede ser García Márquez”.

¿Te cae? Es el momento de la ovación de pie: clap, clap, clap… Perdón, quiero decir: crack, crack, crack.

martes, noviembre 07, 2006

… nada más para venir a verte

(Ahora que reapareces en las runas, igual y también tienes Internet…)



Vinieron a decirme que estas aquí, enfermo, enfermo como un imbécil, tirado en una cama agarrándote a la vida por un tubito que te regala horas a cuentagotas.

Vinieron a decirme que estás aquí, que casi no hablas y que si decidía venir a verte tuviera cuidado porque estas que ni te reconoces entre tanta máquina y tanta sonda, y tanta bata, y tanta mierda, para que tú puedas tirar tu propia mierda, porque ahora, hasta para eso necesitas ayuda.

Y yo no quise venir antes porque estaba seguro (de algún modo lo sigo estando), que de sólo verte, tal vez de tocarte, podría poner la muerte en tus ojos como un antifaz para dormir, ahora sí de a de veras.

¿Y luego qué voy a hacer yo si a ti se te ocurre morirte justo el día en que yo, amablemente vengo a visitarte?

No sabes el tráfico que hay en todas partes y estacionarse es cosa de dos horas, esquivando grúas, parquímetros, policías con silbato y dientes largos… Todo eso para venir a verte, porque a ti se te ocurre estar enfermo y terminar en este hospital que no aparece ni en la “Sección amarilla”.

¿Y luego que voy a hacer yo si tú te pones a morirte justo en el momento en que yo entro al cuarto (340, subiendo, tercer piso, pasillo largo a la derecha) con mi paquete de “Halls” en la mano? (¿Qué esperabas que te trajera? ¿Poesía? ¡No mames!).

La maquinita haciendo ruido, gritando no sé qué de tu ritmo cardiaco. La explosión, los gritos, el llanto, los abrazos… “No se preocupe señora, él ya está descansando”, “estoy con usted para lo que necesite”, “es injusto pero sólo Dios sabe por qué hace las cosas”.

No se te vaya a ocurrir tener el mal gusto de morirte después de que me aventé dos horas en el carro nada más para venir a verte.

Estoy esperando que te levantes a saludarme ¡Arráncate esas cosas! Tú no eres alfiletero de nadie. Ven a la puerta a saludarme ¡no voy a darte un besito en tu cama como si fueras princesa! Te traje “Marlboro lights” (¡fumas como señorita! ¿Qué no había cigarros para hombres en la tienda?).

¡Levántate cabrón! Ven a saludarme. Es viernes. No se te vaya a ocurrir morirte ahorita. Hice dos horas de tráfico nada más para venir a verte.

martes, octubre 31, 2006

Proesía

-¿Qué es proesía?-

Dices mientras clavas, atraviesas, penetras, partes, rompes, taladras, encajas, desgarras, ensartas; en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es proesía?

¡Y tú me lo preguntas!

Proesía es querer hacer poesía y no poder, y emborronar cuartillas, y darle vueltas, y vueltas, y vueltas a las palabras, y gritar, y caer en el embudo de la sintaxis, y pretender, y querer que, y no estar seguro si, y rechazar tajantemente lo, y estar completamente de acuerdo con, y lamentablemente no pertenecer a, y gracias a Dios no estar del lado de, y estar ridículamente dispuesto a dejarlo todo por, y caer deprimido varios meses si a alguien se le ocurre mencionar a, y romper todos los cristales del bar si a alguien se le ocurre negar que, y en realidad yo sólo quería decirte, y no te quito más de cinco minutos, y ahora resulta que, y algún día te vas a arrepentir, y de todas formas yo ya me iba, y ni se te ocurra llamarme, y si tú lo dices, y yo sería incapaz, y pues ya para qué…

(Por cierto, tampoco eres tú)

sábado, octubre 21, 2006

Respuestas sabineras...

Siguiendo un batón que manda mi amigo, el célebre bloger Ruy Feben:

“Siguiendo los pasos de
Edgar A. Mora, el Master Blogger y la consen, Lulú Marina, adopto de manera arbitraria un batón que me pareció cotorro. Se trata de responder 17 preguntas (la versión de Edgar tiene sólo 12, pero he decidido ir por la grande) con letras de canciones de una banda o intérprete”.

No tengo más remedio que no sorprender a nadie y contestar este cuestionario con el cantante que mejor conozco: Joaquín Sabina.
Maestro Feben, hubiera querido seguir su sugerencia y hacerlo con Fito Paez, pero la verdad es que no conozco TAN BIEN todos sus discos…
En fin, van las respuestas:

1. ¿Eres hombre o mujer?

Caballero en edad de merecer,
Con un pelo de tonto,
Cuatro canas,
El pasado resuelto y muchas ganas,
Ya sabe usted de qué.
- A vuelta de correo

2. Descríbete

No soy un fulano con la lágrima fácil,
De esos que se quejan sólo por vicio,
Si la vida se deja, yo le meto mano,
Si no aún me excita mi oficio.
- La del pirata cojo.

3. ¿Qué sienten las personas cerca de ti?

Como bebo demasiado
y no me sé controlar.
Del trabajo me han echado
por falta de seriedad,
Que me pongan otro vaso,
no pienso hacer caso a…
los que me dicen “Eh, Sabina,
ten cuidado el Paternina”.
- Eh, Sabina

4. ¿Cómo te sientes?

El tiempo es un microbús
Que sólo cruza una vez esta breve
y absurda comedia
Y yo no soy Mickey Rourke,
Ni tú Kim Bassinger, ni tengo nueve
semanas y media.
- Y si amanece por fin

5. ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental?

Cuanto más le doy ella menos me da,
Por eso a veces tengo dudas,
¿no será un tal Judas
El que le enseñó a besar?
-Besos de Judas.

6. Describe tu actual relación con tu novio/a o pretendiente

Yo no tenía ganas de reír,
Tú reías para no llorar,
Yo le guiñaba un ojo a mi nariz,
Tú consolabas a tu soledad.
Yo sin ninguna escoba que vender,
Tú con mil y una noches que olvidar,
A mí no me quería una mujer,
A ti se te moría una ciudad.
-El rocanrol de los idiotas.

7. ¿Dónde quisieras estar ahora?

En Tijuana, tres noches por semana,
Se trabajaba en México La Nuit.
“¿Qui hubo, señor? Me llamo Viridiana
Y me apellido veinticinco mil”
Yo no buscaba amores mercenarios
Y ella no era la Venus de Buñuel,
Pero el tequila de los solitarios
Sabe mejor contigo, mademoiselle.
- Viridiana

8. ¿Cómo eres respecto al amor?

El agua apaga el fuego
Y al ardor los años,
Amor se llama el juego
En el que un par de ciegos
Juegan a hacerse daño.
Y cada vez peor
Y cada vez más rotos
Y cada vez más tú
Y cada vez más yo
Sin rastro de nosotros.
- Amor se llama juego

9. ¿Cómo es tu vida?

Si lo que quieres es vivir cien años
No pruebes los licores del placer,
Si eres alérgico a los desengaños
Olvídate de esa mujer,
Compra una máscara antigás,
Mantente dentro de la ley […]
Si lo quieres es cumplir cien años,
No vivas como vivo yo.
- Pastillas para no soñar

10. ¿Qué pedirías si tuvieras sólo un deseo?

Yo quiero ser una chica Almodóvar,
Como la Maura, como Victoria Abril
Un poco lista un poquitín boba,
Ir con Madonna en una limousine,
Yo quiero ser una chica Almodóvar,
Como Bibi, como Miguel Bosé.
-Yo quiero ser una chica Almodóvar.

11. Tu sueño más elaborado:

Desde que salgo con la pálida dama,
Ando más muerto que vivo,
Pero dormir el sueño eterno en su cama
Me parece excesivo
Y eso que nunca he renunciado a buscar
En unos labios abiertos.
Dicen que hay besos de esos que te los dan
Y resucitan a un muerto.
Y, si a mi tumba os acercáis de visita
El día de mi cumpleaños
Y no os atiendo, esperadme en la salita
Hasta que vuelva del baño,
¿A quién le puede importar,
Después de muerto, que uno tenga sus vicios…?
El día del juicio final
Puede que dios sea mi abogado de oficio.
- A mis cuarenta y diez

12. ¿Cómo eres respecto a la soledad?

Algunas veces suelo recostar
Mi cabeza en el hombro de la luna
Y le hablo de esa amante inoportuna
Que se llama soledad
-Que se llama soledad.

13. Tu recuerdo más latente:

No conocían el mar
Y se les antojó más triste
Que en la tele,
Pájaros de Portugal
Sin dirección ni alpiste
Ni papeles.
Él le dijo vámonos,
Dónde le respondió
Llorando ella,
Lejos del altar mayor,
En el velero pobretón
De una botella.
-Pájaros de Portugal

14. Una imagen triste:

El primero
En sacarte a bailar un vals.
El vals
De la tristeza más triste del mundo,
La belleza que dilapidé,
La pereza de los vagabundos,
El rompecabezas que no terminé.
-La canción de los (buenos) borrachos

15. Una imagen del futuro:

Tú sabes que en el purgatorio no hay
Amor doméstico con muebles de skay,
No es que no quiera, es que no quiero querer
Echarle leña al fuego del hogar y el deber,
La llama que me quema cada vez que te veo
Me dice que es absurdo programar el deseo,
Al cabo de unos años estaríamos los dos
Adultos y aburridos frente al televisor.
- Hotel, dulce hotel

16. Escribe una cita o frase famosa

Ninguna zorra vale ese dinero,
Pensé mientras dejaba mi sombrero
Nuevo en el guardarropa.
Cantaba regular, pero movía
El culo con swing que derretía
El hielo de las copas.
-El caso de la rubia platino


17. Ahora despídete

Ya damas y caballeros,
Ponemos punto final,
De vuestra santa paciencia
No queremos abusar.
Afuera espera la noche
Disfrazada de mujer
Canciones, risas y faldas,
Nunca van a enmudecer.
- Ocupen su localidad

martes, octubre 17, 2006

Inédito


Al final del día es una chaqueta con ripio,
una sola palabra a quemarropa,
poniendo tu cordura en estado de sitio...
Ruy Feben.
Que corra la pluma hasta que se me revienten las muñecas. Vamos a mandar al carajo a la poesía. Me quito la máscara para que me mires sin los antejos. Estoy de vuelta, un poco ciego a fuerza de comer tanta luna.

No encontré nada; vuelvo con las manos vacías, al peor cazador también se le escapa la liebre… pero traigo conmigo unos ojos nuevos y te miro distinta, libre, impenetrable.
Apenas ayer me enteré que “Dios ha muerto”; que hay que darse de alta en Hacienda; que cuesta más un sólo jugador del “Real Madrid” que diez “Boteros”; que Chernobil sí existe; que “Slash” tocó con Marta Sánchez; que Paz es plagiario de su “Laberinto”; que el Euro cotiza más que el Dólar; que “no pasarán” amenaza Fidel desde La Habana; que fue atentado terrorista el hundimiento del Titanic; que Gael la hace del “Che Guevara” y que Salma y Frida, y que qué diablos está pasando…

Mareado de motivos estoy de vuelta ahora, ahora que tú tienes un pie en la terminal de “me largo”.

Me entero también que ya eres “gente grande”, que compras “petro-bonos”, que tienes un título con todo y su marco, que hasta vas a casarte.
-No está mal, es abogado… Hace mucho tiempo que dejé de extrañarte- Dices, sin que se te mueva ni un dedo de la mano.
-Yo me llevé tu recuerdo y le prendí fuego, pero ni siquiera así te hiciste lumbre- Digo para que no me escuches…

Es que va uno cayendo poco a poco, te aprisiona la libertad, la sintaxis, la adictiva soledad de las tardes… poco a poco te gana la batalla la “anti-pose”, la magia del estruendo.
(No, no te estoy hablando a ti)

Vuelvo con las manos vacías y sudor de tu sudor en el costado. Fui a cazar con arpones las ballenas y tropecé con todos los faroles, con todas las bolsas de basura, con todos los maniquíes de traje “Armani”, con todas tus metamorfosis todas las madrugadas.

Gracias pero no vengo a que me hagas el favor, no pienso echarme a la espalda tu falta de inventiva. A ti te molesta el humo y yo me estoy volviendo loco. Perdón por lo de tus manos pero decidí que son más mías que tuyas y pienso quedármelas…

Ok, ok, “la píldora” para hombres está bien pero Gonzalo Vega haciendo La Tregua, ya es demasiado ¿no?
(Sí, ahora sí te estoy hablando a ti).

lunes, octubre 09, 2006

Se terminó el luto


Tuvieron que pasar más de 19 días y 500 noches para que Joaquín Sabina volviera a dar un concierto en tierras mexicanas. “El flaco de Úbeda” ofrecerá dos recitales en el Auditorio Nacional los días 27 y 28 de octubre próximos como parte de su gira “Ultramarina” por Latinoamérica, en la que interpretará canciones de su más reciente disco Alivio de Luto.

“Cuando vaya a México espero darles un espectáculo que les caliente un poquito el corazón. Espero encontrar complicidad y que las nuevas canciones las reciban con oídos atentos y abiertos”. Declaró Sabina después de dar a conocer las fechas de su nueva gira, en la que se hará acompañar de sus inseparables músicos: Pancho Varona, Antonio García de Diego, Olga Román y Pedro Barceló.

Han pasado 28 años y 18 discos desde que Joaquín Sabina inició su carrera artística con el álbum Inventario. Exponente de una música que no se deja encasillar por ningún estilo musical, el “Ibérico Bob Dylan” pertenece a una generación de cantautores españoles que cambiaron el curso de la música contemporánea: Joan Manuel Serrat, Luis Eduardo Aute, Miguel Ríos y Víctor Manuel (por mencionar sólo algunos), han compartido canciones y conciertos con Sabina.

“Yo siempre quise ser Peter Pan, y a base de irresponsabilidad lo estoy consiguiendo”, asegura Joaquín y es que, en el caso de Sabina, la música y la poesía le vienen desde la vida misma, escribe como vive y también escribe para vivir. Sus canciones son su mejor biografía, cualquiera que escuche letras como Peor para el sol, Pastillas para no soñar o Una canción para la Magdalena, entenderá que Joaquín escribe y vive “a lo Sabina”, cargando con orgullo su “inexplicable mala salud de hierro”.

Ciudadano del mundo, con un ojo poético siempre alerta, Sabina ha hecho de sus canciones verdaderos himnos que desafían la rutina y las “buenas formas”. Cuando ladran los perros del amanecer, Joaquín sale a la calle para atrapar historias y fantasmas, su música es universal porque está construida sobre la tragedia cotidiana, porque le habla de tú lo mismo al taxista que al “business man”.

“Nos vemos pronto”, dijo Sabina la última vez que pisó el Auditorio en febrero del 2002, y después de años de espera no faltó a su palabra. Regresa con nuevo disco bajo el brazo y con temas como: Resumiendo, Paisanaje y ¡Ay Rocío! en la garganta. Sin duda, uno de los conciertos más esperados. “México te atormenta” Joaquín y seguro tendrás, como siempre, conciertos abarrotados de “sabineros”
¡Eh Sabina!


[1] Este texto se publicó en la revista Donde ir, en Octubre de 2006. www.donde-ir.com

jueves, septiembre 28, 2006

No está de más

Algunas veces vivo y otras veces,
la vida se me va con lo que escribo

Joaquín Sabina.
Sobre todo por el café, lo demás no es gran cosa.
¿Se podrá perder un perro? Porque éste ha pasado ya varias veces ¿no que tanto escándalo con lo del olfato?
Y no es que digamos barato, pero es bueno, el express, el americano está más quemado que Irak.
Niña con todo y crayolas… Es un mito eso del arco iris y las casitas en la montaña; el sol con carita feliz. Ésta se ve bastante surrealista, pero yo a ese mar lo hubiera pintado más bien de rojo.
Claro que lo bueno del americano es que te sirven los que quieras, este express de un cuarto de taza no dura ni cinco minutos.
¿Nicho de música de fondo? Bueno, comienzo a alegrarme de que sólo sean cinco minutos.
Tomando café en la Condesa… es el peor lugar común. “Soy malo, condesero, guapo pero mata perros”.
¡Déjela señora! ¿Qué hubiera sido de André Bretón con una madre como usted? Además el rojo de su labial le da a la pintura un aire más “vanguardista” (siempre es bueno decir algo así).
Y si hablamos de lugares comunes, supongo que yo tendría que estar buscando algo ¿Qué se busca mientras se toma café en la Condesa?
¡Nadie se tatúa un sol azteca en el brazo! Seguro trae a la Virgen de Guadalupe en la espalda. Tiene cara como de degenerado. Seguro es Talibán.
Me imagino que se busca algo así como una razón, un motivo, porque si se buscara otra cosa, pues entonces no estaría uno buscando (¡Gracias! Aplausos al final por favor).
Quedó mucho mejor, pero como que al cielo le hace falta un poco de morado ¿no?
Supongamos que, para rematar el lugar común, se me ocurriera decir que te estoy buscando a ti… Como un absoluto claro y hasta puedo poner cara de idiota pa que se note que estoy clavado en eso de “la búsqueda”.
Está muy bien para venir con esa cosa. Trajecito Armanni y todo pero no tiene ni forma. Seguro tiene un Audi o muchos centímetros de “personalidad”.
Buscarte en la Condesa… no está tan mal; pero entonces te busco para no encontrarte, porque sino te estaría encontrando y no buscando. (¡Gracias, van dos! Ahora sí merezco aplauso ¿no?).
¡Claro un A4! Si es todo lo que quieren, pinches viejas ¡A ver si pueden entrar al cuarto de hotel con todo y carro!
No estaría de más que llamaras de vez en cuando… Sirve que me ahorras todo el numerito. Aunque te valga madres, nomás por aquello de “ser civilizados” ¿no? Podrías decir algo así como: “¿Oye y qué te has hecho?”, “¿de verdad estudias eso?”, “se oye super interesante”, “a ver cuándo nos tomamos un cafecito”, “cuídate”, “yo también te extraño”, “estamos en contacto”, “¿ya te di mi mail?”.
¿Ya acabaste? Quedó perfecto, yo le pondría: “Paisaje de verano con aires condeseros”.
Ok, ok, yo también guardo la pluma. Hay que correr antes de que Maná llegue a hacerle el quite a Nicho… “Mi mariposa de amor ya no regreso
contigo”.

viernes, septiembre 15, 2006

"Una adorable criatura"



Marilyn Monroe (1926-1962), sigue siendo un icono fundamental en la cultura norteamericana. La rubia platino que se inmortalizó (entre otras muchas cosas), por el celebre: happy birthday, Mr. President, entonado de manera “particular”, frente al presidente Kennedy; esconde una personalidad que dista mucho de la imagen superficial y banal, que le colgó la prensa estadounidense durante muchos años.

En el libro Música para camaleones, el escritor y periodista Truman Capote (1924-1984), hace un “retrato” de Marilyn titulado: “Una adorable criatura”. Basado en el encuentro entre Capote y Monroe, ocurrido en el funeral de la actriz Constanze Coller (1955). La semblanza escrita por Truman Capote le revela al lector a una Marilyn que, hasta entonces, había permanecido en la sombra.

En el funeral de Coller, Capote espera ansioso a Marilyn quien: “siempre llegaba tarde, pero yo pensaba: ¡Por amor de Dios, maldita sea, sólo por una vez! Y entonces apareció de pronto y no la reconocí hasta que dijo… [Marilyn] -¡Vaya cuánto lo siento, chico! Pero mira, me maquillé toda, y luego pensé que quizá fuese mejor no llevar pestañas postizas, ni maquillaje ni nada, así que tuve que quitármelo todo, y además no se me ocurría qué ponerme…”.

Contado de forma narrativa pero con la agudeza y la brevedad que requiere el periodismo, Truman Capote recrea la imagen de Marilyn, la pone en evidencia pero también, la deja al alcance del lector: “Siempre llegas tarde y nunca llevas dinero ¿Es que por casualidad te figuras que eres la reina Isabel?”. Le reprocha Capote a Marilyn después de que ésta le confiesa que no lleva dinero para invitarle el champagne; a lo que Monroe contesta tajantemente “[Marilyn] -¿Qué tiene que ver con esto esa gilipollas?- [T.C] –La reina Isabel tampoco lleva dinero nunca. No se lo permiten. El vil metal no debe tocar la real palma de su mano- [Marilyn] –Ojalá aprobaran una ley como esa para mí-”.

Mientras toman champagne (que corre por cuenta de Capote) en un “horrible café chino”, el Truman Capote reportero, bombardea a Marilyn con preguntas, la acorrala y ella termina confesándole su última conquista: se trata del famoso escritor norteamericano Arthur Miller, con quien, finalmente, Marilyn Monroe terminaría casándose un año más tarde; el 29 de junio de 1956.

Según Capote, Marilyn Monroe poseía una “deslumbrante inteligencia”, además de una “incontenible sensibilidad”; una combinación que resultó terrible para la actriz protagónica de "The Misfits". Sumida en una depresión cada vez más profunda Marilyn llegó a las puertas del consultorio de Ralph Greenson, pseudo psicoanalista que hace a Monroe adicta a todo tipo de pastillas.

El cuatro de agosto de de 1962, Norma Jean Mortensen, a quien todo el mundo conoció por su nombre artístico: Marilyn Monroe, murió a causa de una sobredosis de barbitúricos mientras dormía en su casa de Brentwood, California. Fue encontrada sin vida por su criada, tendida sobre la cama, con el teléfono descolgado en la mano.

“¿Qué dirías si alguien te preguntara cómo soy en verdad?”; pregunta Marilyn a Truman Capote al final de su encuentro en 1952. Capote reflexiona en el texto: “(La luz se iba. Marilyn parecía esfumarse con ella, mezclarse con el cielo y las nubes, disolverse a lo lejos. Quería elevar mi voz sobre los chillidos de las gaviotas y llamarla para que volviese: ¡Marilyn! ¿Por qué todo tuvo que acabar así, Marilyn? ¿Por qué la vida tiene que ser tan jodida?)”. Y finalmente contesta: “Diría que eres una adorable criatura”; y con eso parece contestarlo todo.

Años después, alcohólico y enfermo, Truman Capote reniega de su Música para camaleones: “Duele demasiado ¿Sabes? Después de todo enterré a muchos de mis amigos. Es un libro que no volvería a escribir”. Le dice Capote a un reportero del Times, quien trata de arrancarle las últimas palabras a uno de los escritores más famosos y recordados en el mundo de las letras.

viernes, septiembre 01, 2006

Una de payasos


…sí, a Garrik, la más austera y remisa sociedad le busca ansiosa,
todo aquel que lo ve muere de risa...
Juan de Dios Peza.
El arlequín ya no hacía reír a la princesa. Sus chistes eran cada vez más malos, su risa más sobrada, sus malabares cada vez más tontos. El arlequín ya no hacía reír a la princesa, quien, entre bostezo y bostezo lo miraba con lástima, y le soltaba, de cuando en cuando, una sonrisa compasiva.
La princesa era muy bella (si no, no podría ser princesa), pero el arlequín no tenía el mal gusto de estar enamorado de ella, sin embargo, no podía perder el puesto; tenía esposa, cinco hijos, hambre y otras cosas que sí eran de muy mal gusto.
La princesa veía Big Brother mientras el arlequín se desvivía contando sus mejores chistes, haciendo sus mejores imitaciones (Chente y Juan Gabriel al mismo tiempo), pero nada… La princesa le mandaba una mirada triste y se ponía su ropa “Zara” para ir a “Alebrije”.
¡Pobre arlequín! Vivía en el agua, deprimido hasta los huesos. Todos en la corte reían nada más de verlo, pero la princesa…
Un día el arlequín, cansado y humillado, con una botella de mezcal encima, subió las escaleras del castillo de Polanco; llegó hasta el trono, miró a la princesa y le dijo (“con inspirado acento”):
-Si vuestra merced ha olvidado como reír yo ya no puedo hacer nada. Sólo recuerde, bellísima princesa, que el dinero y los caprichos no podrán salvarla de la infelicidad-
Las carcajadas de la princesa se escucharon por todas las habitaciones de palacio. El arlequín fue condenado a muerte, pero primero firmó una exclusividad con “Master Card” y su frasecita le dio a ganar mucho dinero a su familia.
Moraleja a elegir:
a) Si ya vas a ser arlequín mínimo no seas mamón.
b) Si eres princesa y tienes todo en la vida ¡para qué chingados quieres un arlequín!
Y por último, pero no de último.
c) (Optativa y siempre útil). “Pepe el toro es inocente”.

A veces


¿O será que respiro tan cerca
que te mancho los ojos?
José Gorostiza.

-Me da miedo a veces- Dijiste soltando una larga bocanada de humo.
-¿Qué?- Dije buscando a tientas el cenicero que, por algún motivo inexplicable, terminaba siempre escondido detrás del buró o junto a la pata de la cama.
-Tú- Dijiste iluminándote la cara de rojo al sorber el cigarro. –Tu silencio… Antes pensaba que callabas porque estabas pensando en otra, luego porque sólo estabas pensando… Ahora no sé por qué callas, pero me da miedo. Hace un silencio incómodo, como cuando uno sube a un elevador y adentro había besos, y ahora los dos te miran, ella apenada, él impaciente y cuando bajas sientes un alivio terrible, y te reprochas por no usar siempre las escaleras-
-¿Quieres ir por las escaleras?- Dije mientras mi mano encontraba tu rodilla. –Dicen que es más seguro en caso de un terremoto o un incendio-
-La palabra terremoto me da risa- Dijiste apoyando tus plantas heladas sobre mi pantorrilla. –Yo sé que es terrible, que es una palabra mala, que no es para nada de risa, pero no sé… te hace cosquillas en la garganta ¿no? TE-RRE-MO-TO.
-La noche está tan fácil, hasta ese grillo se adivina tranquilo con su sonata- Dijiste corriendo la cortina, llenándote de luz blanca y parecía que te habías tragado la luna, y se te salía por los poros, y yo te seguía indefenso, como serpiente en un canasto.
Me da miedo a veces tu silencio.

Punto para partido


“Ezra jugaba tenis con frecuencia, y dicen los que saben, que su saque era una contorsión tan sorprendente, que muchas veces anotaba el tanto más por el pasmo que por la pericia”. Asegura Julio Trujillo en un célebre poema. Esto viene al caso porque para hablar de uno de los poetas norteamericanos más prolíficos del siglo XX, es necesario entender que: para Pound, la vida fue un constante partido de tenis.

Nacido en Idaho en 1885, Pound perteneció a una generación de artistas y escritores norteamericanos que cambiaron el curso de las letras en el mundo. Personajes como T.S. Eliot, Ernest Hemingway, James Joyce y Gertrude Stein, por mencionar sólo unos cuantos, desfilaron por el estudio de Pound en Rapallo (Italia), buscando la protección y tutela del viejo Ezra.

Pound dejó Estados Unidos en 1909 y partió a Europa con una mochila en la espalda y una revolución poética en las manos. Vivió en Londres, en París y finalmente en Italia donde sería arrestado y expuesto en una jaula al aire libre acusado de fascista y antisemita. La gente del servicio secreto de la CIA, que acusó y enjuició al poeta, no se tomó la molestia de escucharlo y mucho menos de leerlo.

El libro de los Cantares, compuesto por seis tomos de poesía lírica, fue tal vez el proyecto más ambicioso de Pound. Inspirados en Homero y en Dante, los Cantares toman de estos autores su tono épico. Así, y en palabras del mismo Ezra, la influencia es inevitable: “Déjate influir por cuantos grandes artistas sea posible, pero ten la decencia de reconocer plenamente la deuda o, si no, trata de ocultarla”.

Poeta, traductor, maestro, ensayista y hasta mecenas, Pound fue un promotor incansable del arte. Sus juicios y aventuradas críticas literarias son famosos por su agudeza y simplicidad. Ante una pregunta obligada y casi imposible de contestar, como: ¿Qué es la literatura? Pound respondió tajantemente: “La literatura es sencillamente idioma cargado de sentido hasta el máximo de sus posibilidades”.

Si Ezra Pound no estaba loco (como aseguran algunos de sus biógrafos), sino que fue una estrategia jurídica de los tribunales norteamericanos declararlo: “peligroso para la sociedad” y encerrarlo doce años en el hospital St.Elizabeth, en Washington, no le faltaban motivos para estarlo. Pobre, enfermo y olvidado por sus “protegidos”, Pound escribió en el sanatorio algunos de sus mejores poemas.

En 1958, Ezra Pound salió del St. Elizabet, después de que un juez lo declarara “loco incurable pero inofensivo”. El viejo de setenta y dos años en el que se había convertido Pound declaró entonces: “Cualquier hombre que soporte vivir en Estados Unidos está loco”. Y partió con su esposa a Venecia donde pasó sus últimos días sin pena ni gloria.

Pound jugó en 1972 su último partido de tenis contra la historia. De barba blanca y ojos desorbitados, Ezra se contorsionó para lanzar su último saque: la literatura y el arte en general, necesitan imaginación, cultura, empeño, disciplina, pero sobre todo, libertad. Pound ganó este punto con saque As y se compró un boleto para la historia.

Dice otro poeta norteamericano; Charles Bukowski: “Vallejo escribiendo sobre la soledad mientras se muere de hambre; la oreja de Van Gogh rechazada por una puta; Rimbaud huyendo a África y encontrando una sífilis incurable; Pound arrastrado por las calles dentro de una jaula. Esto es lo que ellos quieren: un dios maldito que muestre un anuncio de neón en medio del infierno. Esto es lo que ellos quieren, montón de estúpidos, dispersos, seguros, tristes, admiradores de carnavales”.

Las patadas de las escopetas

El pato salió del agua; mientras paseaba de un lado a otro de su pico un palillo astillado, removió los lentes oscuros, amartilló la Mágnum especial y sin detenerse un segundo, le pegó cinco tiros escandalosos a la escopeta.

Agónica y chorreando pólvora la escopeta intentó balbucear algo como un: “ahora resulta que…”, pero llegó un sexto disparo piadoso y certero para callarle la boca (o el cañón).
Mientras el pato sicario desplumaba a su víctima, la escopeta locutora del noticiero de la tarde hablaba de un “caso aislado” y de una “muerte artera que no quedará impune”.
Organizadas y armadas con la bandera de la democracia, las escopetas iniciaron la “temporada de patos”. Miles de patos murieron: “En nombre de la libertad”, según vociferaba el dirigente de las escopetas. En franca desventaja, la guerra estaba perdida para los patos.

Sin embargo, algunas mañanas, amanecen escopetas muertas colgadas de las estatuas ecuestres; “y ahora resulta que…” brama el secretario de Seguridad Nacional y alienta a las escopetas a realizar el “acto patriótico” de salir a cazar patos enemigos de las naciones soberanas y hasta de Dios.

Luego alguien jala el gatillo y piensa que de verdad tiene algún mérito por haberle dado al pato, mientras la escopeta enloquecida y humeando suma un pato más a su creciente lista de patologías.