martes, marzo 13, 2007

¿Lo ves?



Yo no quiero juntar para mañana,
nunca supe llegar a fin de mes,
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Joaquín Sabina.



Es tan largo marzo que no le preocupa que abril le pise los talones. Un pequeño febrero, que muere apenas a los veintiocho días, no es rival para un mes de esas dimensiones.

“Especialmente en abril se echa a la calle la vida”, y yo que no dejo de llevar papelitos de diciembre en las bolsas del saco.

Siempre nos queda aquel julio en Buenos Aires, aunque ahora Borges ya no nos lleve más a La Prida sino a un pequeño escritorio de oficina.
No es que no se pueda, es sólo que resulta duro escalar junio con la bufanda puesta.

Ya sabes que me gusta tomar café con este agosto pero es difícil no esperarte para pedir la cuenta, es triste no verte echar a perder el americano con tres cucharadas de crema.

Y todo esto lo sabe marzo y se aprovecha; juega de local y no le molesta la altura.
Noviembre se está allá, lejos… patea las piedras con las manos en las bolsas y septiembre (kamikaze por naturaleza), se hunde como un soldadito de plomo en una botella de vodka.

Termino y como siempre, no hay manera de desclavar de la pared al calendario (le da por resucitar cada tercer día). No es sólo porque hayas decidido secuestrar al pobre lunes; pero por primera vez se estaba tan bien en ese día…

Yo ardiendo de fiebre con este martes y tú planeando para el domingo, tu vacuna contra la viruela.

jueves, marzo 08, 2007

Vos sabés...



"Cansancio"

Y de los replanteos
y recontradicciones
y reconsentimientos sin o con sentimiento cansado
y de los repropósitos
y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables
y del revés y del derecho
y de las vueltas y revueltas y las marañas y recámaras y
remembranzas y remembranas de pegajosísimos labios
y de lo insípido y lo sípido de lo remucho y lo repoco y lo
remenos
recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes
de lo remanoseado y relamido hasta en sus más recónditos
reductos
repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje
y treta terca en tetas
y recomienzo erecto
y reconcubitedio
y reconcubicórneo sin remedio
y tara vana en ansia de alta resonancia
y rato apenas nato ya árido tardo graso dromedario
y poro locoy parco espasmo enano
y monstruo torvo sorbo del malogro y de lo pornodrástico
cansado hasta el estrabismo mismo de los huesosde tanto error errante
y queja quena
y desatino tísico
y ufano urbano bípedo hidefalo
escombro caminantepor vicio y sino y tipo y líbido y oficio
recansadísimo
de tanta tanta estanca remetáfora de la náusea
y de la revirgísima inocencia
y de los instintitos perversitos
y de las ideítas reputitas
y de las ideonas reputonas
y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias
desde qué mares padres
y lunares mareas de resonancias huecas
y madres playas cálidas de hastío de alas calmas
sempiternísimamente archicansado
en todos los sentidos y contrasentidos de lo instintivo o sensitivo
tibio
remeditativo o remetafísico y reartístico típico
y de los intimísimos remimos y recaricias de la lengua
y de sus regastados páramos vocablos y reconjugaciones y
recópulasy sus remuertas reglas y necrópolis de reputrefactas palabras
simplemente cansado del cansancio
del harto tenso extenso entrenamiento al engusanamiento
y al silencio.

Oliverio Girondo: En la masmédula