Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Pablo Neruda.
Me quedo buscándote en todos los lugares donde nunca estuviste,
en las calles que no caminamos jamás.
Me gusta esperarte porque sé que nunca vuelves,
que tienes miedo de mirar atrás y convertirte en sal.
Voy a todos los cafés donde nunca discutimos,
y cierro los bares en los que no levantaste la mano para pedir un trago más.
De alguna manera te encuentro cerca en los lugares más lejanos,
me siento más tranquilo buscándote donde no te puedo encontrar.
No fuiste tú la que llegó anoche (cansada y con frío) a meterte a mi cama,
y no fui yo quien te regaló el anillo que jamás piensas usar.
Si para no extrañarte hace falta no tenerte,
entonces me quedo quieto porque no tengo ganas de tentar al azar.
Nunca te prometí nada, ni tú fingiste creerme,
ni nos interesaron los sacrificios ominosos e inútiles.
Tú no llegaste al lugar donde no te cité con prisa,
y yo no pagué la cuenta de la comida que ni siquiera ordenaste.
No te quité la falda que jamás te he visto puesta,
y tampoco despertamos a los vecinos que no viven en el piso de abajo.
Y mientras, tú sigues creyendo que nunca nos pasó nada,
y yo no puedo dejar de pensar que ya hemos pasado por todo.
jueves, enero 10, 2008
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2 comentarios:
Me quedo prendada, muda, y asida a los tantos "No" que fueron siempre y eternamente un "Sí".
Saludos (tocayos),
Y de coincidencias se cruzan caminos (cursivos). Al tiempo que me visitas, yo sigo leyéndote...
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