martes, enero 29, 2008

Retrato hablado

Estoy tan solo que cualquiera
diría que estás conmigo.
Francisco Hernández


Pelo negro y derramado. Tez blanca. Ojos negros ardiendo al sol de las tres de la mañana. Labios delgados. Risa moribunda. Inexplicable afición por los elefantes y a tirar monedas al mar. Cejas gruesas. Lagrimales amplios, llenos de lágrimas que cuando corren ya no pueden parar. Diecinueve centímetros entre el cuello y el hombro derecho. Heridas de mis labios. Rodillas de piedra que saben hablar.

Indispensable en la cama y en los domingos nublados. Experta en botánica y el Ché. Lunas en los dedos le obligan a combatir la luz de la lámpara. Amiga de una tal Alejandra y de un perro que se llama “Jack”. Mala compañera en las bodas y en el cine (imposible ver una película sentado junto a ella). Costillas de cera, frágiles como abanicos. Adicta al cigarro y al café irlandés. Tabique ligeramente desviado a la derecha. Tose por las noches. Dice que le gusta escuchar “Aranjuez”.

Cualquier información será generosamente recompensada. No intente atraparla usted mismo; es peligrosa y está armada con algunas cosas imposibles de describir…

Muy triste esperando que no se haya perdido más de lo habitual, siéntome en el marco de la puerta a esperar a que vuelva. Terriblemente arrepentido por ciertos accidentes y malos entendidos. Nunca quise que al asunto terminara tan mal.

Muy solicitada en algunos círculos sociales. Depresión extrema cuando alguien pregunta y yo no sé qué decir…

Informes al tipo medio muerto que toma café todos los días, de seis a nueve, en el café de la Paz.

Urge pronta respuesta. Asunto delicado que requiere de absoluta seriedad. Peligra la vida de un pez dorado, la integridad de su portaretratos y la escasa mala reputación restante de quien escribe el presente anuncio.

Sin afán de hacerle perder más su valioso tiempo, le ruego ayuda pronta. Cualquier detalle puede ser crucial…

Al irse llevaba un listón rojo, lluvia en las comisuras de los ojos y un “ya nunca más” en el paladar.

2 comentarios:

G. dijo...

Como siempre, todo un placer leerte, mi amigo. Quedan pendientes unas chelas, ¿no?

Saludos

Anónimo dijo...

ya pude

un beso

ahh,, de mis favoritos...