jueves, junio 19, 2008

Caminando

Hace falta salir a caminar (no por el asunto del ejercicio y la buena circulación de la sangre, sobrevaluados de cualquier manera). Hace falta caminar pero no en un parquecito cursi de Polanco, no en los enredados circuitos de Satélite que sólo tienen perros y viejas en sillas de ruedas.

Hace falta caminar entre un tumulto, en alguna calle del centro pisando cacas de palomas y con los gritos de los vendedores ambulantes reventándote los tímpanos. Respirar por el escape de los camiones, subir al metro atascado e hirviendo, temer por tu cartera y por tu vida, oír al tipo que no se baña desde la navidad pasada; vender una pomada milagrosa que te cura desde los callos hasta la ceguera temporal, pasando por la tuberculosis y los problemas cardiacos.

Caminar, solo caminar por encima de las coladeras que vomitan vapor y niños disfrazados de payasos… Si te detienes piensas y si te pones a pensar perdiste. El café sabe mejor cuando lo llevas entre las manos, en un vasito de cartón, mientras te chorreas la camisa y te asedia la gente, los boleros, los mimos encerrados en su calabozo imaginario.

Por eso salgo temprano para ningún lado. Hoy no te escribo porque no me da la gana: “Quiero escribir y me sale España” (aparta de mí este cáliz). Todas las mujeres tienen tu nariz y todos los hombres tienen mi prisa.

Me voy a dar otra vuelta, tú quédate como siempre, sé una buena Maga para este pésimo intento de Oliveira. Tú quédate como siempre, yo aquí te espero tratando de no encontrarte.

2 comentarios:

Mon Auri dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mon Auri dijo...

Me parece que su señoría es un tanto severo con las amables caminatas y los hermosisisisimos parques de polanco, y lo digo yo que he ido sanando muy despacito en las discretas cursilerías de ambos vecindarios. Nadie niega que el olor a tacos tiene su dosis de realidad mi querido Cáliz, pero, tal vez, y disculpe la barbaridad, tal vez si fumara menos y respirara un poco se daría cuenta de que no todas las mujeres tienen la misma nariz (gracias al cielo) y todos los hombres... mmm... bueno sí, la mayoría siempre tiene prisa.